dilluns, 31 de gener del 2011

Una noche de ‘clubbing’ III




- Josemi tiene la moto aparcada delante del club y dice que la dejará allí para bajar hasta la disco con nosotros tres, nosotros pensamos ir andando para hacer tiempo hasta las 2, que es la hora buena para entrar. Le digo a Josemi que es una burrada dejar la moto lejos de la disco, porque luego le dará pereza venir a buscarla, creo que es mejor que la baje hasta la puerta de la disco y allí nos encontramos en una media hora. Así quedamos, nosotros bajando y Josemi en moto hasta nuestro destino común.

- Qué bonito!

- La noche fría seguía tras nosotros sin enterarnos de lo colocados que estábamos, cogidos del brazo el trío iba dando bandazos por las amplias calles del centro, de cuando en cuando o bien Iván o tal vez en el nene tenían que parar cerca de unos containers para mear, seguimos hasta la discoteca riendo y haciendo el tonto, felices de compartir aquellos momentos. Al llegar a la puerta de la disco vimos un mogollón de tíos haciendo cola entre dos cadenas enlazadas, Iván se fue hacia un mostrador provisional instalado en la acera para atender a los que tenían plaza reservada, la reserva por lo visto, no estaba muy bien hecha le echaron una pequeña bronca, pero al final nos dieron los tres pases a precio reducido para poder entrar, sin hacer la larga cola que esperaba detrás de las cadenas. El nene y yo habíamos estado en aquella discoteca hacia años cuando funcionaba con otro nombre, bajamos las escaleras que llevan a las dos salas disco que posee, entre una sala y la otra, el guardarropía, nos quitamos la ropa de abrigo y entramos a la sala de la derecha que es la sala menos ‘fashion’ y más ‘bear’

- Pero bueno y Josemi el italiano de pega donde está?

- Tienes razón, me olvidaba de contarte que al llegar aquí no lo vimos en la puerta de la disco haciendo cola ni esperando al lado del mostrador, intente llamarlo pero no tenia el móvil hábil, le mande un sms diciendo que suponíamos que ya había entrado y que nosotros íbamos a entrar. Cuando entramos y antes de pedir la copa me recorrí las dos salas de la disco que ya estaban bastante llenas (las promociones en tiempo de crisis siempre funcionan) di dos vueltas lentamente y no lo encontré, entonces pensé que se había rajado y casi me alegré porque con el ensordecedor ruido de la música hubiese sido imposible el mínimo dialogo con él, dialogo necesario al encontrar una persona por primera vez.

- Te dio plantón.

- Bien, sí, también lo pensé. Dejemos esto por ahora. En la sala bear empezaba a estar caldeada nos pusimos los tres en la barra con nuestras cervezas y comiendo cacahuetes dejando el suelo perdido de cáscaras, pero como hay tan poca luz en estos sitios la mierda no se ve, la música era perfecta para dejar los ánimos sueltos y festivos, una invitación a levitar el alma y tensar los músculos. Le dije a Iván que viniese conmigo a la pista y me contesto que le daba corte, me fui solo y empecé a sacar todo lo que llevaba dentro desde hacia tantos años, tantos años sin pisar una disco, tantos años de no aturdirme por la nunca escuchada nueva música, mi cabeza aun con restos de restos etílicos se desvanecía en un magma de cristales de cuarzo, mi cuerpo a veces se desestabilizaba y casi perdía el equilibrio pero resistí y no caí de bruces como era probable que sucediese. Y así sin fin con el continuado ritmo marcado por el DJ los minutos se sucedían de diez en diez venciendo el paso del control del tiempo. Me hacia falta. Pero mi cuerpo me decía que ya tenía que dejarlo. Justo cuando hacia poco rato que habían entrado en la pista el nene con Iván y empezaban a darse marcha entre risas y abrazos.

- Y de Josemi todavía nada?

- No seas plomo, ya te diré lo que sea cuando toque. En este momento somos tres en la pista rodeados de tíos todavía con la camiseta tapando sus tetas. En aquel momento me sentía realmente fatigado y además rompía el encanto de ver los dos jóvenes retozando como corzos en la pradera. Me fui al lavabo a mear y me di una vuelta por la otra sala la de la gente más guapa, más joven y por supuesto más marchosa. Estaba completamente llena, la música incluso más ruidosa que en la sala ‘bear’, mucha luz, la mayoría de los chicos ya se habían quitado la camiseta colgándola de un extremo del tejano, cuerpos depilados, morenos de uva, perfecciones absolutas, me sentí como un zombi de película de terror al ver mi imagen reflejada en una columna metálica que hacia el efecto espejo. Huí de allí al instante, este no era mi mundo, ya no lo era, quizás tampoco la había sido cuando tenia yo la edad de aquellos efebos danzantes. No se…

- Me estas deprimiendo.

- Regrese a la sala más moderada, más oscura, más para mi, me dirigí a la barra, encontré un taburete y me senté a descansar y observar a la gente, la borrachera ya había pasado del todo con la gran meada, ahora solo quedaba el cansancio, el sudor y la melancolía. Observe la pista y vi que Iván y el nene bailaban desaforadamente, se habían quitado la camiseta, lucían sus tatuajes y sus collares étnicos, eran tan felices, rezumaban erotismo. Continuamente los veía que otros tíos se les acercaban al oído su boca para decirles algo, seguramente proposiciones para follar, les tocaban ligeramente la espalda o los hombros para hablar con los chicos. Ellos felices, provocaban deseos, eran en aquel momento el centro del mundo. Me contenté por ellos, por su triunfo ante aquel medio tan poco visitado. El nene con su nuevo corte de pelo y su nuevo look facial gustaba a todos aquellos tíos. Me preguntaba que clase de amante era yo, que en lugar de sentir celos por su triunfo y mi fracaso en aquel lugar, me alegraba y me sentía profundamente agradecido a la vida por haber tenido la oportunidad de gozar unas sensaciones que seguramente están vedadas a personas de características similares a las mías. A las cinco de la madrugada nos fuimos, tomamos un taxi dejamos a Iván en su casa y seguimos a la nuestra. Así termina un día insólito en nuestras vidas.

- Bueno y del italiano qué me dices?

- Cierto, tienes razón. Al llegar a casa encontré un mensaje de Josemi diciendo que le habían hecho un control de alcoholemia a una manzana del ‘Chazz’ y como no llevaba los papeles de la moto, mientras hacia la cola de los detenidos, se puso muy nervioso y cuando paso el control decidió irse a casa, le habían jodido la noche los municipales.

diumenge, 30 de gener del 2011

Una noche de ‘clubbing’ II



- Después del café yo me eche en la cama para leer el periódic,o que seguía virgen desde primera hora de la mañana, Iván i el nene se conectaron a su red insocial predilecta donde entre los dos suman cinco perfiles distintos, yo los oía reír desde mi cama, y de vez en cuando si me quedaba algo transpuesto me despertaban sus gritos hilarantes, la casa estaba llena de juvenil alegría, hacía tantos años que no sentía aquello, quizás nunca. La atmósfera era de feliz perfección. Me levante y también yo me conecte a mi Web social azul ultramar, allí estaba mi contacto italiano y me abordó al instante, es un chico de Italia que vive en la ciudad, no lo conozco, solo he visto sus fotos, es muy amable y a saber por sus imágenes, muy guapo, y también al parecer le intereso. Después de hablar como siempre de vaguedades me preguntó que hacia, le dije que estaba con mis dos amigos más queridos y que saldríamos hacia el tarde a tomar una copa, le invité a venir si le apetecía.

- No paras!

- Me dijo que si que le haría gracia pero qué donde sería el encuentro, le dije que no sabía aun. Te aclaro que en este momento, hacia poco rato que Iván se había ido a su casa para descansar un poco y habíamos quedado que sobre las once de la noche lo recogeríamos en su casa y que nos comunicaríamos por teléfono si había alguna novedad. O sea que al chico italiano, que se hacia llamar Josemi y que ya nos habíamos intercambiado móviles unos días atrás, le dije que cuando estuviese en casa de Iván le llamaría para decirle nuestro plan y a donde iríamos. Me dijo que estaba muy feliz de, por fin, tener la posibilidad de conocerme. Yo ya ves, como un pavo

- Real

- El nene me dice a las nueve de la noche que había hablado con Iván y que nos vistiésemos muy discretos y sobre todo que no nos pusiésemos eau de toilette para no oler demasiado y poder pasar así el código de entrada en la disco. Entendido. Camiseta negra, camisa a cuadros negro y gris, tejanos y zapas negros, más discreto imposible.

- De luto, casi.

- A las diez y media estábamos en la puerta del piso de Iván, la puerta del portal estaba abierta como siempre. Llamamos largo tiempo, no nos oía, estaba con la música muy alta y no apreciaba los timbrazos de la puerta de entrada, esperamos dos minutos, suerte que llevaba mi móvil y le pude llamar para decir que estábamos como el felpudo y de decoración en su puerta de entrada, riendo nos abrió la puerta, bajó la música y nos sirvió dos cocktails explosivos uno amarillo y otro rojo, yo cogí el rojo, puro Bacardi y algo de tomate, fuerte, fuerte.

- Borrachos.

- Si como casi no había comido nada desde el mediodía me sentó peligrosamente, nos dijo Iván que primero iríamos al ‘Chazz’ para hacer tiempo hasta la hora de ir a la disco. Llamo a Josemi y le digo que iríamos en una hora al sitio este, me dice que había ido mucho hacia tiempo, quedamos allí en más o menos una hora. Seguimos con el cocktail e Iván nos enseña un álbum antiguo de cuando era un crío, antes de conocer a su marido. La extraña perfección de su belleza me hizo estremecer, ver fotografías hechas tiempo atrás, verlo tan joven, con peinado y ropas de otra época, pero tan bello, tan exquisito, tan sublime, me conmovió vivamente. Ya estaba un poco pedo por la bebida, fuimos a su dormitorio se acabo de vestir para salir. Vestido para matar. Es sábado noche y la ciudad nos espera. Bajamos la calle de Iván hasta la avenida principal donde se encuentra en ‘Chazz’ cogidos del brazo los tres, diciendo tonterías, efectos etílicos bien claros

- Pues si que empiezas bien la noche

- Al llegar al club, medio lleno o medio vacío como quieras llamarlo, junto al guardarropía reconozco a Josemi, el italiano, es igual a las fotografías que colgó en la Web, me saluda con la mano, pido en la barra tres birras y me acerco a Josemi, nos damos un par de besos, es guapote, muy alto y muy buen cuerpo, le pregunto si quiere venir con nosotros. Por supuesto que si. Me contesta y me sigue hasta donde estaban Iván y el nene, los presento y me excuso de que estamos los tres algo subidos de tono por culpa de unas bebidas muy cargadas servidas diez calles mas arriba

- Ya sois cuatro

- Al instante hubo un muy buen rollo entre ellos tres, jóvenes de la misma edad. La generación liga mucho, la juventud todavía más. Miro a Josemi fijamente mientras digo tonterías incontroladas, el también lo hace pero en silencio veo al momento que le voy. Abre la veda de la palabra y veladamente me tira unas flores, las recojo, entre el alcohol y los piropos de este nuevo chico mi caja torácica esta a punto de explotar. Le digo que de qué parte de Italia es, y me dice que de donde he sacado que es italiano, es de aquí y se llama José Miguel si en la Web puso un nombre italiano es simplemente por filias particulares que nada tienen que ver con las nacionalidades. Quedo perplejo.

- Siempre metiendo la pata!

- Voy al lavabo y cuando regreso Iván ya lo ha puesto en guardia de lo que vamos a hacer a continuación. Josemi dice que también vendrá el DMEN con nosotros, yo contento, entiendo que no me quiere soltar tan pronto. Cuando hablamos de las tonterías habituales de los bares de copas, lo he ido tocando, ahora el brazo, ahora el hombro, también lo he agarrado una vez por la cintura. Se ha ido zafando ligeramente cada vez. Aunque le he aclarado la situación de los tres, va con prudencia, salimos a la calle. En un breve aparte, me pregunta que si se puede lanzar a fondo con respecto a mi. Le agarro del brazo y le digo mirándole a los ojos que por supuesto, y que todo esta muy claro entre nosotros. Que no se corte para nada.

- Estará muy claro para vosotros, pero yo no entiendo nada, cuelgo, me caigo de sueño, mañana seguimos,

Una noche de ‘clubbing’ I




- No te voy a contar como fue porque en realidad no lo se. Todo empezó en la decisión de mi chico de quedarnos en Barcelona este fin de semana y no ir al apartamento de Lloret como todos los fines de semana. Me sorprendió, te digo, porque esto no lo habíamos hecho nunca sin una causa sólida para no pasar el fin de semana fuera de Barcelona.

- Y porque cambiaste el rollo?

- Seguramente lo habrás imaginado, el marido de Iván está en Zurich viendo a la familia y claro él queda libre hasta el próximo martes que regresa su hombre. No se como lo manejaron el chico con Iván para pasar el sábado juntos y con todo el programa al completo organizado por estas cabecitas inquietas que no paran de elucubrar actividades nuevas aunque arriesgadas para mi temperamento conservador y anticipadamente programado.

- Cuando empezó todo?

- Ya de entrada a media mañana me llama en nene para decirme que Iván venia a comer con nosotros, que sobre todo no pusiese en la mesa nada de pescado porque a él no le gustaba. Necia advertencia porque ya lo sabía y además al nene tampoco le gusta el pescado. Le dije que no se preocupase que ya tenia pensado el menú: dos tipos de ensaladas con salsas de distinto color, pollo ’citron et olives’ estilo Marruecos y fresones con crema de yogurt

- Como os cuidáis!

- Cuando estaba en la cocina limpiando y cortando la rúcula cosa difícil por lo pequeña que tiene la hoja, llaman a la puerta, era Iván, se adelantaba casi media hora a la llegada del chico. Beso rápido en la entrada y me espeta de repente que tiene que hacerme unas fotos, para no se que menester. Le digo que espere que me lave las manos para quitarme los restos verdes de entre los dedos. Nos vamos a la galería delantera y me dice que quite los pantalones y también el jersey y camiseta, accedo, pero le digo que los calzoncillos ni pensarlo, me dice que no importa que ya esta bien. Me tumba en el sofá que esta más cercano a la ventana, boca abajo y me esconde medio rostro bajo un brazo, empieza a disparar el flash, noto una mano que me sube el slip para que se vea más piel de mi glúteo derecho, más flashes, luego me baja la goma del slip para que se me viese parcialmente la raja y siguen los flashes. Yo nervioso porque el nene estaba al llegar y el pollo estaba a fuego bajo, haciendo chuf-chuf

- Estáis como cabras!

- Me hace levantar y me dice que vaya al dormitorio y me tumba sobre la cama me baja los calzoncillos hasta las pantorrillas y noto que me pone algo solidó encima de las nalgas, me giro i veo que ha cogido de una mesa accesoria una manitas de cristo que allí tenemos, son de talla en madera y son algo más pequeñas que el tamaño real, tienen la señal de las llagas de los clavos. Pues sí, allí están las manos del crucificado paseándose por mis asentaderas mientras los flashes se disparan repetidamente. Me dice de repente date la vuelta, me saca los calzoncillos que estaban en los tobillos, me abre las piernas y me coloca las manos del cristo entre los huevos y la polla. Yo alucinando por la situación, nervioso pero divertido. Me dice que se me ponga morcillona, le contesto que con lo raro de la escena aquello no se pondría morcillona ni en años, entonces para motivar y provocar una erección por mi parte se baja la cremallera de su bragueta y saca su polla casi completamente erecta y me la pone encima de la nariz para que le haga una mamada y así mejore mi estado del apéndice púbico. Claro ante aquel panorama no pude contenerme de ponerme el caramelo en la boca y la cosa mejoró ostensiblemente. Saca su polla de donde estaba y sin meter el instrumento en su guarida sigue disparando la cámara y claro veo que entre dos manos de madera tallada, casi entrelazadas, aparece la cabeza de un glande rosado y lustroso. Finalizada la sesión de fotos me visto de nuevo y me voy corriendo a la cocina, Iván me sigue y me cuenta que ahora estas fotos las va a recortar convenientemente y que la pasara de color a blanco y negro incrementando el contraste y las sombras. Veremos como acaba esto…

- Cuidado no las venda a Interviú

- El nene llego al cabo de pocos minutos y empezamos a comer y a planificar la tarde noche, teníamos por delante unas 16 horas de estar juntos. Felices y contentos. Iván tenia la idea de ir de clubbing aquella noche, había encontrado un flyer de DMEN para la noche del sábado, si llamábamos dando nuestros tres nombres teníamos la entrada a precio reducido. Les envió un sms y pensamos que antes de las 2 de la madrugada teníamos que entrar en el club para tener el descuento. Yo estaba decidido y ansioso ya que hacia muchos, muchos años que no había ido a un local de este tipo, ya te lo contaré otro día, fue larga la noche.

- OK



dijous, 13 de gener del 2011

Uno, dos y tres





1

- Hola, estas muy solo. Quieres que me quede un rato contigo?

- No, gracias, es el primer día que vengo y quiero tranquilidad, eres muy amable pero no.

- Soy de Colombia, me llamo Cesar, lo pasaríamos bien, te lo aseguro. Otra vez será, amigo, los fines de semana estoy casi siempre aquí. Adiós!

2

- Ummm! Hueles bien.

- Oye que es esto de besarme en la nuca a traición?

- Es que soy muy cariñoso y quiero demostrártelo. También relajándote? Aquí con este calorcito se pone la piel suave y lisa. Se esta lindo con todo el cuerpo húmedo y resbaladizo. Me gusta esto que hago. Y a ti te gusta esto también?

-

- Y te gusta lo que ves? Bonito, no? Para ti si quieres.

- No gracias hoy no, solo vengo a conocer el lugar, es el primer día que vengo y quiero estar tranquilo, eres muy guapo, un diez en todo. De donde eres?

- De Cuba

- De que sitio de Cuba?

- De Santiago y dentro de poco me voy allí a ver a mi familia, estaré allí un par de meses y luego volveré

- Esto está bien ver a tu familia, seguro que tu papa no tiene los 50 años y siempre vivió con Fidel

- Si es verdad mi viejito todavía no los tiene, pero cuando regrese puede que vaya a Italia, como el abuelo no se muere, el país no cambia y nos hemos de ir

- Sí y como es eso de que te vas a Italia?

- Porque yo vivía allí pero a mi hermano lo tenían que operar en un hospital de aquí de una cosa grande y me vine para cuidarlo, no lo has visto? También esta aquí.

- No lo he visto, hay sitios que hay muy poca luz, no es como aquí que nos vemos las caras y todo lo demás, ahora que te has dado la vuelta también te doy el diez para esta zona.

- La operación ha sido un éxito, los hospitales de aquí son maravillosos, lo han dejado como nuevo, ya ves esta aquí otra vez trotando, por esto dentro de poco me voy a ver a los viejitos y a mis hermanitos chicos.

- Cuantos años tienes?

- 22. Oye, seguro que no quieres?

- Cierto hoy no puedo, de verdad. Cómo te llamas?

- También Santiago, ven otro día antes de que me vaya y estaremos bien, te gusta esto, verdad? Tiene ganas. Se mueve.

- Cuando vienes por aquí?

- Depende no es fijo pero estoy aquí bastante, también con mi hermano. Ahora me voy allí dentro que hace más calor. Hasta luego.

3

- Por fin te encuentro. Por qué no quieres hablar conmigo?

- No se porqué dices esto

- Porque en el jacuzzi te he hablado y ni me has contestado.

- Perdona pero no te he entendido lo que decías y no se si se lo decías al chico que estaba a mi lado y que por cierto te ha contestado. No prestaba atención y no quiero parecerte antipático. Que eres de la legión?

- Por qué lo dices?

- Por este cristo que llevas tatuado en el pecho encima del corazón.

- Si lo fui, entre con 18 años, aquello era formidable, era lo mejor en aquel momento de mi vida…pero soy de aquí, de padres venidos de fuera.

- A mi las cosas de la legión me dan un morbo especial y no se porque, sus músicas, los pasos marciales, la cabra, las procesiones llevando al cristo, son muchas cosas juntas…

- Mira tío, como la legión no hay nada en el mundo que se pueda comparar, en jodido morbo y tíos sexy, ni leather ni hostias, estos paquetes en verde apretados y sudados, los tatuajes, las patillas. Así soy yo. Quieres probarlo? Mira que te pierdes y esto que no esta en su punto…

- Si ya se cual es el punto, lo he visto antes.

- Ah sí, en el jacuzzi, cuando me he levantado y te la he puesto a dos palmos de tu nariz

- Ya puedes dar gracias a tu madre por haberte parido así

- Será a mi padre, no?

- Bien, a los dos, son genes de familia

- Mi abuelo, el de la parte de mi padre decían que tenía la tercera pierna siempre a punto, murió con 88 años y todavía se empalmaba cuando quería, mi abuela siempre lo decía, quejándose.

- De donde eran tus abuelos?

- Los de mi padre de Murcia y los de mi madre de Sevilla, una buena combinación, no te parece

- Y como es que eres tan alto, cuanto mides?

- Metro noventa, todo para ti, que tampoco eres bajo. Qué vamos?

- No chico eres estupendo pero hoy, tranquilidad. Cuando vienes por aquí?

- Ahora vengo poco porque tengo otras cosas entre manos, seguro que vengo todos los domingos por la tarde

- Nos vemos entonces, legionario.

- Hasta entonces majo

- Adiós!





divendres, 7 de gener del 2011

Qatar, my love III



- Nos quedamos en que tu amigo estaba en el entrenamiento de aquella cosa rara.

- Sí, lo que le contó Rahim sobre aquel deporte ritual llamado Zurkhaneh

- Quien es Rahim?

- Te lo dije, es el único nombre que me acuerdo, el chico más guapo de todo el equipo y por el que Luís Maria bebía los vientos

- Vale!

- Voy a ir un poco al grano porque sino esto se puede eternizar, después de aquel ensayo o entrenamiento dilo como quieras vinieron muchos más, otros se realizaban con mazas pesadas que volteaban rítmicamente al son de la música, otros con unas gruesas cadenas con cascabeles o campanas que aumentaban el sonido de la música con estridencia compulsiva. Luís Maria se aficionó a permanecer allí con ellos cada vez que entrenaban y se llego a creer que era también del equipo iraní y lo más gracioso e ingenuo del caso es que los del equipo deportivo también lo consideraron como elemento definitivo del equipo visitante. Locura infantil de mentes elementales y sin malicia. Los muchachos del equipo entraban y salían de la habitación de Luís Maria tantas veces como querían se sentaban en las camas reían y charlaban, se asomaban al balcón de la terraza cuya vista daba directamente a la piscina vistas que ellos no tenían desde sus habitaciones. La habitación era muy grande y con dos camas dobles de casi dos metros de ancho cada una. Sin encomendarse a ningún santón de religión islámica Rahim le dijo a su amigo, que ahora no recuerdo el nombre, que aquella noche vendrían a dormir a aquella habitación porque tenia mejores vistas. Luís Maria quedo petrificado en el pequeño sillón en que estaba sentado, la sola idea de tener en la cama contigua, que había estado vacía las dos primeras noches de estancia en aquel hotel, ocupada por los dos chicos que ahora estaban entrando y saliendo de la terraza, para ver las bañistas occidentales que estaban tomando el sol en la piscina, le paralizo el habla. Solo pudo sonreír tímidamente, luego vinieron los lamentos – Será esta medio sonrisa, prueba eficaz de asentimientos para que ellos interpreten que asiento en que vengan a dormir conmigo esta noche? – se pregunto.

- Y qué?

- Pues aquella noche después de cenar, no se porque el equipo hacia las comidas en otro comedor distinto al de mi socio, se encontraron en el bar semi abierto que daba directamente encima de la piscina lago, allí solo los extranjeros podían tomar alcohol, Luís Maria se estaba tomando un scotch con hielo y llegaron a su vera varios miembros del equipo un entrenador y cinco atletas con sus Cokes en la mano, Rahim el más lanzado de todos le dijo a Luís Maria que le dejase mojar los labios del su vaso de scotch para que le supiese mejor la cola que estaba tomando, sin esperar respuesta ya tenia el vaso de la bebida alcohólica entre los carnosos labios del bello Rahim, cuando el vaso volvió a estar encima de la mesa, Luís Maria le dio una ligera vuelta de 30 grados para que el sitio donde el muchacho había puesto su tumultuosa boca coincidiese con los sedientos labios de mi amigo cuando fuese a beber otro pequeño sorbo de erotismo y amor. Al cabo de un rato ya estaba solo, puesto que se habían ido a la pista de baile cercana que había en aquel lugar, pensó que volverían a su lado, las botellas de coca se habían quedado en la mesa contigua y una chaqueta de algodón ligero, también. Al cabo de un largo rato Luís Maria ya estaba fuera de si por la extraña situación y se acerco a la pista de baile y con la mano les hizo una señal de que se retiraba a la habitación, Rahim desde una distancia de tres metros por lo menos, y delante de dos entrenadores le dijo que en media hora irían a su habitación para pasar la noche allí. No especificó ni cuantos irían ni para que, claro que no, todo ambiguo, alegre, ingenuo.

- Ay dios!

- Mi amigo estaba que no se tenía en pie, por los nervios, la situación, la desfachatez o la sublime belleza de Rahim. Subió a la habitación, busco un pijama de verano que había traído por si acaso, pero que todavía no había usado, se lo puso, se aseó, esperó, se impacientó.

- Se hizo una paja!

- Animal, solo piensas en esto, la situación era más perversamente complicada que para terminar haciéndose una paja, no comprendes? Al cabo de casi una hora llamaron a la puerta y al abrir vio al sonriente Rahim junto con el forzudo y chaparrete muchacho que había entrenado en primer lugar en su primer día de invitado de honor. Entraron y se quitaron la ropa quedando en calzoncillos sin pedir permiso pero comunicando el hecho, Rahim le dijo a mi socio que se iban a duchar porque estaban sudados de tanto bailar, la pared del baño lindante con la habitación de aquel hotel era de vidrio de un ligero tinte verde agua, dentro de poco si tenia suerte y no se desvanecía el encanto del momento podría ver aquellos dos cuerpos desnudos y así fue, al entrar al cuarto de baño se quitaron los calzones bastos de algodón crudo y los lanzaron encima del lavabo, se metieron los dos en la bañera y hicieron correr el agua, los dos cuerpos morenos se tocaban y se repelían a la vez el fuerte chorro de la ducha les hacia cerrar los ojos y Luís Maria aprovechaba para lanzar miradas voluptuosas al enmarañado enjambre de pelo negro que como un nido atrapaba en sus ingles a los mas bellos miembros que podía imaginar, aquella turgencia semi entumecida se balanceaba a dando pequeños golpes a cada uno de los muslos cuando con los brazos intentaban quitar toda la espuma jabonosa que cubría sus relucientes cuerpos. La magia duro poco, las aguas silenciaron su cantar y el vapor neblinoso acompaño a los muchachos al descansillo, entonces Luís Maria tuvo un rápido reflejo para encontrar una excusa para acercarse un poco más a las delicias de sus pieles, es cuando entro en el cuarto de baño con la excusa de sacar una toalla limpia de la repisa que había al fondo de la habitación, toalla que dio al forzudo chico de poca estatura y a Rahim le acercó su blanco albornoz y le ayudo a poner los brazos en cada una de las mangas mientras a pocos centímetros de su nuca aspiraba aquel olor a sándalo y a vapor humano. Salio enseguida de la habitación, cortado y nervioso. Al cabo de poco rato salieron los dos otra vez con los feos calzoncillos de algodón incrustados en sus gloriosos glúteos. Rahim le dijo a mi amigo que por favor mirase la parte trasera de la pierna de su compañero ya que por lo visto había tenido un tirón y le dolía un poco, por su calidad de ‘medico’ no se pudo negar a la petición. Le hizo una señal para que se tendiese en la cama boca abajo y le pregunto donde le dolía, el chiquito le señaló una zona por encima de la zona de la rodilla pero mayormente en la parte trasera, entonces con sus manos experimentadas de ‘doctor en medicina’ le toco levemente los músculos traseros de la pierna dolorida y recordó que en su neceser había puesto un tubo de Feldegel, se levanto volvió al baño y trajo el tubo en cuestión puso una perla de aquel gel viscoso y helado y lo aplico con cariño y dedicación, ante la mirada complacida y atónita del bello Rahim que ya se había tendido en ‘su’ cama.

- Y esto como acaba?

- Esto es todo, aquella noche Luís Maria no pudo dormir por la situación extraña y perversa que su cabeza dibujaba en cada momento. Otras tres noches Rahim fue a dormir a su habitación, pero no siempre con el mismo chico. Luís Maria le regalo el tubo de Feldegel al entrenador del equipo, ya que al parecer funcionó con el chiquillo. El día anterior de su partida de Qatar era la exhibición del equipo iraní, en un palacio de deportes cercano, Luís Maria fue invitado por ellos e incluso se desplazo con el bus de los atletas iraníes, la exhibición fue un éxito las músicas y los ejercicios fueron ampliamente aplaudidos un primo hermano del presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad fue como representante oficial del país, al final de la exhibición este alto dignatario saludo a todo el equipo iraní y también le dio la mano a mi socio Luís Maria. La ultima noche en el hotel después de la cena se encontraron con los atletas en el bar al lado de la piscina, se despidieron todo el equipo incluso los entrenadores le dieron un par de besos en las mejillas a Luís Maria, quedo molido por los fuertes abrazos de despedida, aquella noche Rahim no fue a dormir a la habitación de Luís Maria. Ya no volvió a ver más a Rahim ni a tampoco a ningún otro atleta


Qatar, my love II




- Estaba bueno el rosco de Reyes?

- Como los pezones de los boxeadores iraníes que quería comerse mi socio Luís Maria

- Debe ser curioso chupar el pezón de un pecho de boxeador, nunca lo he probado ni creo que, por desgracia, tenga la ocasión de hacerlo.

- Él sí pudo. O casi.

- Qué suertudo!

- Tiene mucha paciencia y como tiene cara de persona seria, un poco como de profesor suplente de universidad americana. Inspira confianza, cuando se le conoce bien, ves que todo es pura fachada para vencer la timidez o complejos pero de entrada, da el pego. Después del remojón de la piscina, el muro de contención se había roto, poco a poco con su poquito de inglés se fue acercando a ellos con conversaciones intrascendentes. Ocultó que sabía por el recepcionista malagueño, su origen y el motivo de la estancia en Qatar. Los ingenuos jóvenes boxeadores también con su limitado inglés le fueron explicando lo que hacían aquella semana en aquel país, Luís Maria ponía cara de sorpresa y acusaba con reacciones de gran interés cada una de las noticias que iba sonsacando a los muchachos.

- Se ha de tener gran habilidad y experiencia para manejar estos casos

- Él la tenia, como era vendedor de endoscopios médicos les dijo que era medico de la especialidad endoscópica, los chicos quedaron fascinados de tener un medico de compañero de tumbona en la piscina y que estuviese interesado por sus jueguecitos deportivos. También se enteró que todo el equipo estaba alojado en la misma planta del hotel, la ultima, la cuarta, pero en la otra ala del edificio, edificación no muy alta pero sí muy extensa. Su cabeza bullía de pensar como podría conseguir que estos chicos por separado o en grupo se personasen en su habitación. Los entrenadores también fueron muy amables con él, los chicos les dijeron que su vecino de tumbona era un medico español y entonces por lo de los árabes en Andalucía o por el fútbol español, Luís Maria fue el centro de atención con el consiguiente rubor por ser descubierto de sus turbios pensamientos.

- A ti te pasaría lo mismo, no?

- Claro, cuando aparentas algo que en realidad no eres siempre corres el riesgo de meter la pata, pero mi socio no la metió, muy al contrario los chicos le invitaron a ver los entrenamientos en una sala polivalente del hotel, de inmediato dijo que si que estaba muy interesado en el boxeo, y es cuando los chicos le dijeron que de donde había sacado la idea de que eran boxeadores. Lo que ellos hacían era una especia de lucha-ballet de tiempos remotos de la antigua Persia llamado Zurkhaneh, ritual de fuerza, resistencia y formas coreográficas de gran belleza, total, que el informador malagueño para acortar la conversación le dijo ‘boxeo’ y así cortaba rápido el tema. En una hora empezaría el primer entrenamiento y por supuesto que asistiría corroído por la curiosidad. Subió a la habitación para ponerse una ropa digna para tal efecto y se encontró en el pasillo de la planta cuarta con sus adorables niñitos ya pertrechados con la ropa deportiva para la práctica que iban a realizar. La sala polivalente estaba situada en la planta menos dos del hotel, Rahim que era el más bello de todo el grupo, y también era el que llevaba casi todas la iniciativas, le tomo de la mano y se fueron a buscar el ascensor, Luís Maria creyó que le daba un vahído al verse conducido como un niño pequeño que llevan al colegio una mañana cualquiera de la infancia recordada. Una vez en la gran sala, amplia y muy bien iluminada, Rahim busco un asiento y lo sentó en el centro mismo de la misma y le acaricio con la mano el cabello y la oreja izquierda con una amplia sonrisa. Fueron llegando todos los componentes del equipo y los tres monitores o entrenadores dejaron sus bolsas al lado del asiento de Luís Maria y empezaron a colocarse en el centro de la pista en posición de firmes pero relajados y formando un amplio circulo. Uno de los monitores fue al equipo de música y al momento se empezó a escuchar con gran potencia una música ritual, cantada con vehemencia y con un fuerte ritmo que al instante hizo que todos los componentes del gran circulo empezasen a mover los brazos, balancear las caderas, dando fuertes golpes e pelvis a tono con el ritmo que estaban escuchando, los paquetes enfundados con sus pantalones de deporte empezaron a botar llenos de alegría, los pies descalzos punteaban un baile extraño y cautivador. De pronto uno de ellos, un poco más bajo que el resto se situó dentro den circulo y amplio ostensiblemente los movimientos tanto de brazos como de piernas haciendo que todo el cuerpo se fuese transformando en un tornado de músculo y pelo negro agitado al viento. Así duro por lo menos cinco minutos, el siguiente paso fue su sustitución, nuestro bello Rahim fue ahora quien ocupo el centro y el muchacho robusto y bajito torno a su logar rebajando su tono rítmico. Es ahora Rahim quien cambiando los movimientos de su predecesor, enloquece y fustiga con sus puños un enemigo invisible, lo patea con sus bellos pies descalzos levantando las piernas rítmicamente a la altura del hombro y con los ojos cerrados siente facialmente la sensación orgásmica del placer y de la muerte, abre los ojos, busca a Luís Maria con la mirada y dibuja una tenue sonrisa, inapreciable para sus compañeros pero dolorosamente apreciada por mi socio que en aquel momento esta a un milímetro de romper a llorar.

- Lo entiendo y a la vez lleno de envidia lo compadezco.

- Mañana te cuento más. Estoy cansado.

- No jodas!